jueves, 23 de abril de 2009
miércoles, 22 de abril de 2009
mi mar...
martes, 21 de abril de 2009
tu lugar...
Ahí donde lo que se respira es tu aire
Ahí donde me permito recrear tu olor...
Ahí donde tus versos son tan tuyos
Que no dejan margen para sentirlos mejor…
Ahí donde tus sensaciones
Se transportan a cada quien como mejor postor…
Es ahí, donde sin saber bien cómo
ni con qué pretexto quisiera que la brisa
nos reuniera a los dos…
e.
estados de ánimo
Unas veces me siento como pobre colina
y otras como montaña de cumbres repetidas.
Unas veces me siento como un acantilado
y en otras como un cielo azul pero lejano.
A veces uno es manantial entre rocas
y otras veces un árbol con las últimas hojas.
Pero hoy me siento apenas como laguna insomne
con un embarcadero ya sin embarcaciones
una laguna verde inmóvil y paciente
conforme con sus algas sus musgos y sus peces,
sereno en mi confianza
confiando en que una tarde te acerques y te mires,
te mires al mirarme.
Mario Benedetti
y otras como montaña de cumbres repetidas.
Unas veces me siento como un acantilado
y en otras como un cielo azul pero lejano.
A veces uno es manantial entre rocas
y otras veces un árbol con las últimas hojas.
Pero hoy me siento apenas como laguna insomne
con un embarcadero ya sin embarcaciones
una laguna verde inmóvil y paciente
conforme con sus algas sus musgos y sus peces,
sereno en mi confianza
confiando en que una tarde te acerques y te mires,
te mires al mirarme.
Mario Benedetti
cerca del mar
el silencio del mar
El silencio del mar
brama un juicio infinito
más concentrado que el de un cántaro
más implacable que dos gotas
ya acerque el horizonte o nos entregue
la muerte azul de las medusas
nuestras sospechas no lo dejan
el mar escucha como un sordo
es insensible como un dios
y sobrevive a los sobrevivientes
nunca sabré que espero de él
ni que conjuro deja en mis tobillos
pero cuando estos ojos se hartan de baldosas
y esperan entre el llano y las colinas
o en calles que se cierran en más calles
entonces sí me siento náufrago
y sólo el mar puede salvarme.
Mario Benedetti
brama un juicio infinito
más concentrado que el de un cántaro
más implacable que dos gotas
ya acerque el horizonte o nos entregue
la muerte azul de las medusas
nuestras sospechas no lo dejan
el mar escucha como un sordo
es insensible como un dios
y sobrevive a los sobrevivientes
nunca sabré que espero de él
ni que conjuro deja en mis tobillos
pero cuando estos ojos se hartan de baldosas
y esperan entre el llano y las colinas
o en calles que se cierran en más calles
entonces sí me siento náufrago
y sólo el mar puede salvarme.
Mario Benedetti
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